Seguro que os habréis cansado de escuchar aquello de que cuando vuestros bebés comienzan a jugar, se les han de estimular mucho los sentidos y conviene ayudar a que desarrollen sus habilidades. Ya os conté que para Navidad pedimos juguetes con luces y sonidos. Y estamos muy contentos aunque algo saturados de la música. Nos sorprende que el crío no haya dado ya una patada a la granja y la selva pero aún nos sorprende más la duración de las pilas. En fin, lo de aporrear botones y luces funciona, perfecto. Ahora bien, hay juguetes que dan por supuestas algunas habilidades a partir de una edad concreta y la gran mayoría de veces te das cuenta de que es muy pronto. Por ejemplo, aquellos en los que hay que encajar piezas para que entren en el coche, la casa, etc O los que se basan en apilar cubos o aros. Lo de a partir de los 6 meses es relativo. Olvidaos de los 6 meses y tirad alto.
No nos engañemos, quitando las luces y músicas, hasta el año de edad, el pasatiempo favorito de los pequeños es meterse las cosas en la boca para, inmediatamente después, lanzarlas al suelo. Esto lo repiten una vez, y otra, y otra, y otra.... Por otro lado, podemos reunir una fortuna en peluches y juguetes pequeños, grandes, enormes.... Y al final, lo que más los obsesionará será lo más tonto que haya encima de la mesa y que, por supuesto, no será ningún tipo de objeto infantil/educativo. El juguete favorito de mi hijo, sin ir más lejos, es el paquete de kleenex. El caso es que, como madre primeriza, al principio le encuentras peligro a casi todo. Y cuando no se lo encuentras tú, se lo encuentra el familiar que tienes al lado así que le quitas los kleenex para no encontrártelo con una bola de papel babeado en la boca. Y a raíz de esto último me viene a la mente algo que podría inspirar otro post. ¿Por qué cuando te quitas los miedos de encima y decides ser más flexible con tu hijo porque realmente no hay amenaza, has de escuchar una voz que te dice "Quítale eso, no le des eso, cuidado con eso"? Y tu haces caso para no parecer una madre irresponsable.
Recuperemos el hilo. Efectivamente, los críos se divierten con la cosa más tonta que haya por casa. Y por eso os quiero hablar de un juego ciertamente educativo que me descubrió mi cuñada que trabaja en una guardería: "La panera de los tesoros". Seguramente haya alguna que no ha oído hablar nunca de esto. Yo no lo conocía hasta hace unos meses. Se trata de un juego de exploración pensado para bebés de entre 6 y 12 meses aunque lo ideal es comenzar cuando estos se aguanten sentados. Consiste en reunir dentro de una panera una serie de objetos cuotidianos de diferentes texturas y olores para que los pequeños descubran diferentes materiales a través del tacto, nuevos sonidos al jugar con ellos, olores, colores... En definitiva, se intenta estimular sus cinco sentidos. Se intenta que los objetos estén fabricados con materiales naturales y que, por supuesto, no resulten peligrosos para los pequeños cuando los manipulen. Por ejemplo, la panera que nos regalaron hace poco contiene, entre otras cosas, un cepillo de dientes, un trozo de madera, un colador, una piñata, un cazo, un tapón, un rollo de lana, la cáscara de un coco, un peine, un cascabel, un pincel, un trozito de estropajo, un batidor manual, etc
Jugar con la panera de los tesoros proporciona al pequeño la oportunidad de interesarse por las cosas que tiene delante y desarrollar su capacidad de coordinar el ojo, la mano y la boca. No hay peligro en el hecho de que se lleve estos objetos a la boca mientras no se rompan o estropeen. De hecho, es como descubren todo a esta edad. La panera se puede llenar con 60 objetos o más y se puede compartir entre varios niños. Os pego información interesante al respecto. Llevamos unos días probando este juego en casa y la verdad es que le encanta a nuestro peque. Os animo a que os montéis vuestra propia panera de los tesoros si tenéis un hijo de esta edad. Es una idea original, educativa, divertida, práctica y económica. Y si van a acabar jugando con lo primero que encuentren por casa, pues mejor nos adelantamos. Ya me contaréis vuestra experiencia!
La panera de los tesoros es una propuesta de juego
integral que favorece la atención, la concentración y la exploración, a la vez
que actúa de estímulo para los cinco sentidos: el descubrimiento y el
desarrollo del tacto, el oído, el gusto, el olfato, la vista y el sentido del
movimiento del cuerpo.
El
papel de la educadora, que no interviene de forma directa en la actividad,
consiste en seleccionar los objetos en función de sus cualidades y presentar la
actividad a los niños de forma motivadora, para posteriormente observar con
detalle las reacciones de los niños, registrarlas y hacer una valoración.
OBJETIVOS
DIDÁCTICOS
- Favorecer
la capacidad de concentración, atención y exploración.
- Descubrir
las propiedades de los objetos.
- Ejercitar
la autonomía del niño, fomentando que aprenda solo y por si mismo.
- Favorecer
la estructuración del pensamiento.
- Favorecer
la estimulación de todos los sentidos (oído, tacto, vista, olfato y
gusto).
- Favorecer
la socialización e interacción.
- Desarrollar
la coordinación ojo-mano, así como la prensión fina (pinza).
CARACTERÍSTICAS
DE LA PANERA
Cesto
de mimbre duro, de unos 35 cm
de diámetro y unos 8 de altura. Es importante que el cesto sea sólido, plano,
estable y que no tenga asas. Ha de tener mínimo unos 60 objetos.
DURACIÓN
Dependerá
del nivel de atención y exploración de los niños; la educadora recogerá la
actividad cuando haya la mitad del grupo que ha salido del círculo y ya no
siguen la actividad.
ESPACIO
Es
conveniente tener la panera en un rincón estable del rincón de juego de los
niños. Hay que evitar interferencias y favorecer siempre la libre exploración,
manipulación, concentración y atención.
OBJETOS
Los
objetos se han de seleccionar en función de:
- Sus
cualidades: han de ser variados y deben ofrecer el mayor número de
sensaciones posibles, es decir, seleccionar los materiales en función de:
temperatura, textura, color, peso, gusto, olor, ruido, vista, volumen y
forma. Madera, mimbre, metal, objetos naturales, plástico, etc.
- La
seguridad: se ha de valorar que sean seguros y que los niños no puedan
hacerse daño. Por ejemplo: no poner objetos que si se los ponen en la boca
o manipulan dejen restos, que no se puedan romper, que no se corten (por
ejemplo: piedra pómez, nanas, papel celofán, objetos de vidrio fino,
objetos con cantos vivos, lanas o telas que dejen pelusa...).
Renovación/Sustitución
de los objetos: es importante
que, de forma periódica, vayamos introduciendo materiales nuevos.
Sirva
como ejemplo el siguiente Listado de Objetos que podemos
encontrar en una panera:
- Naturales: limones, naranjas, piñas, cáscaras de coco, conchas, caracoles, plumas, tapones de corcho, hojas, granadas, piedras.
- Madera:
palos, cuchara, carraca, pinzas de tender ropa, espejo de madera, peine,
muñecas rusas, anillas, soporte barra cortina, castañuelas, etc.
- Vidrio
y cerámica: botes, bola de decoración, huevos de vidrio,
ceniceros, porta velas, objetos de decoración de vidrio o cerámica, etc.
- Tela:
de diferentes texturas (tul, pana, terciopelo, seda, de pelo…).
- Metálicos:
flanera, molde de cocina, colador, batidor manual, armónica, cucharas,
llaveros con llaves, silbatos, cadenas.
- Goma
y pelo: pelotas, tapón del grifo, tubos de manguera de
diferente anchura y largo, monederos, estuche para las gafas ,…
- Papel
y cartón: cajas, hueveras, pequeño álbum con páginas
decoradas, cilindros de diferentes medidas (de largo y diámetro).
- Manufacturados
con elementos naturales: pelotas de lana, pinceles de cerda
natural, centros de rafia, etc.
- Mimbre:
cajas, posa vasos, cestas con asa, …
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