domingo, 9 de octubre de 2016

Dibujos de ayer y de hoy


Los tiempos han cambiado y eso los de treinta y tantos lo sabemos muy bien. Ya nada se ve como antes. La tecnología, la forma de vestir, la música, los juegos, la televisión, los dibujos animados... Todo ha cambiado muchísimo. Y hoy escojo los dibujos animados y algunas de las series de moda para compararlas con las de nuestra infancia y explicar el paso del tiempo.

Antes de nombrar algunas de las famosas series, sólo os comentaré algo que ya de por sí nos deja claro que lo que hoy viven nuestros hijos no tiene nada que ver con lo nuestro. Por ejemplo, nosotros teníamos que esperar al sábado y domingo después de comer para ver ese capítulo de David el Gnomo o el Inspector Gadget. Y si no estábamos a esa hora delante de la tele, se esfumaba la ocasión hasta su reposición. Hoy en día, sólo tenemos que coger el mando de la televisión para rescatar el capítulo que ya han dado y podemos verlo y repetirlo hasta la saciedad. Aunque más fácil es coger la tablet y buscar una hora de capítulos sin interrupción para ver la serie desde la cama, el autobús o la sala de espera del médico. 

Hoy: La Patrulla Canina

La serie de moda por excelencia cuyo merchandising está arrasando en todo el mundo. (Las caras de esos perros las he visto en todo lo imaginable). Las aventuras de la patrulla canina no me producen ni frío ni calor. Son historias tal vez demasiado simplonas (rescatar a la gallina de la alcaldesa o encontrar la mochila del cole de un niño no es lo que se dice emocionante) pero los perros son simpáticos y cada uno demuestra una habilidad distinta haciendo que cada crío se identifique con el suyo preferido. No hace pensar mucho a los niños ni que su imaginación vuele así que por eso no creo que vaya a dejar mucha huella. Es una moda sin más.

Ayer; La vuelta al mundo de Willy Fogg

Como su nombre indica, esta serie nos hacía viajar, conocer, descubrir.. no por menos estaba basada en una obra de Julio Verne. Había aventura en estos dibujos, nos hacían sufrir si se complicaban las cosas para los protagonistas ya que Willy Fogg debía ganar su apuesta y realizar el viaje dentro de ese plazo. Sin duda, algo aprendíamos. Gran banda sonora.

Hoy: Bob Esponja

Bob es el rey. Gusta a pequeños y grandes. No hay discriminación de edad. Aunque un niño de tres años no comprenda la mitad de las bromas, se queda embobado delante de la pantalla gracias a su ritmo y colores. No entusiasma a muchos padres que consideran su humor algo ácido. Bob es simplón e inocente pero acaba siendo siempre el crack ya que habitualmente hunde en la miseria a Calamardo y, por supuesto, su mente está a años luz de Patricio. (El señor Cangrejo vive en su mundo paralelo con una única obsesión, el dinero...). Nos explican historias sueltas sin continuidad ni demasiado mensaje. Entretenimiento puro y duro.

Ayer: Érase una vez...la vida 

Una nueva lección de aprendizaje. Una serie absolutamente didáctica que muchos profesores habrían querido para sus clases. La mejor manera de enseñar a unos niños lo que es el cuerpo humano, cómo funciona, por qué ocurre lo que ocurre, cómo somos por dentro, etc Cómo aprender sin saber que estamos aprendiendo y, encima, disfrutando. Además, la colección era fantástica "Érase una vez... el hombre/ el espacio/ la ciencia..." etc Gran banda sonora

Hoy: Dora la exploradora

Una serie absolutamente repetitiva que mezcla frases en inglés y cuyos personajes son simplones a más no poder. Una niña educada y lista cuyo mejor amigo es un mono repelente  a quienes persigue un zorro inútil aspirante a ladrón. Siempre sale un mapa para ayudarles a encontrar los caminos que siempre acaban pasando entre montañas y cruzando puentes. Visto un capítulo, vistos todos. Y por si no teníamos bastante, tenemos la versión Dora adolescente en la ciudad.

Ayer: David el gnomo

Serie entrañable con personajes queridos que daban lecciones de vida y transmitían valores como la amistad, el respeto, la justicia o lo importante que es cuidar de nuestro planeta. Y el final, ese final que nos hizo llorar a todos y nos enseñó que la vida es un ciclo. Gran banda sonora

Hoy: Peppa Pig y Pocoyó

Dibujos dirigidos a los más pequeños. Peppa Pig  y su familia viven algunas peripecias en su día a día y transmiten sencillas lecciones a los niños que pueden sentirse identificados con algunas de las situaciones que vive la simpática cerdita. Me parece una serie bonita, sin más. Al igual que Pocoyó y sus acompañantes. Es una serie muy visual y fácil de digerir que engancha rápidamente a los peques. Además, sus canciones son pegadizas.

Podría seguir durante muchos más posts repasando series míticas pero la conclusión sería la misma. Antes se explicaban historias y hoy se dan cápsulas de entretenimiento ligero. Si se trata de divertir un rato, el objetivo está más que conseguido. Pero yo echo algo de menos... No es que quiera ser nostálgica pero ya no se hacen dibujos como antes. Aishhh

domingo, 2 de octubre de 2016

El absurdo debate de la lactancia




Estamos acabando 2016,vivimos en pleno siglo XXI, y seguimos celebrando la semana de la lactancia materna, seguimos haciendo tetadas populares y tantas y tantas otras reivindicaciones para defender la importancia de lo más natural que existe. En este post no voy a defender una cosa para criticar otra, lo que voy a apoyar es el sentido común y la libertad que nos hemos ganado las mujeres para hacer lo que nos de la gana.

Antes de continuar, es justo que os explique cual fue mi elección. Opté por dar una oportunidad a la lactancia materna, por comprobar que era capaz, que mi hijo se adaptaba, se alimentaba bien y ambos disfrutábamos de esos momentos de conexión. Pues bien, pese a ser cesárea, tuve subida de leche, produje buena cantidad, mi hijo se cogió y fue ganando peso. Se cumplió todo menos lo de disfrutar del momento. Expliqué hace unos años que los primeros meses de LM fueron muy duros. Tuve mucho dolor y cada toma se convertía en una pequeña tortura. Pero fui perseverante y con el tiempo el dolor desapareció. A los siete meses vi a mi hijo menos dependiente, decidí retirar el pecho y no notó absolutamente nada. Con el segundo fue todo bastante similar aunque, a sus diez meses, tiene una dependencia total del pecho y ahí andamos todavía dado que dispongo de mucho tiempo para dedicarle.

Una vez resumida mi experiencia, mi reflexión es que si hubiera tirado la toalla por los dolores y heridas en esos primeros meses, nadie me hubiera criticado por ello. Incluso si dejara ahora las tomas de madrugada después de 10 meses sin un descanso reparador, nadie podría echarme nada en cara tampoco. Y digo yo, ¿por qué tengo que pensar en lo que otros dirán? La verdad es que no lo pienso, ha sido una reflexión intencionada para plasmar aquí que todo el mundo se cree con derecho a opinar, que todas sienten que han de defenderse por no dar el pecho o han de justificar que han sufrido lo suficiente antes de dejarlo. En definitiva, parece que las madres estemos bajo un juicio constante por parte del resto de madres.

Puedes no dar el pecho porque no te quieres sentir atada, porque has de retomar el trabajo demasiado pronto, porque quieres compartir la lactancia con el padre, o porque das mucha importancia a tu aspecto y no quieres destrozar tus pechos. Entonces aparece la gran palabra EGOÍSMO. Una palabra muy peligrosa porque detrás de cada mujer que no da el pecho hay una historia y a lo mejor es una historia llena de sacrificios. ¿Qué sabremos el resto para juzgarla y llamarla egoísta?

De este tema se han escrito miles de artículos y no quiero acabar repitiendo todos los puntos de vista que nos sabemos de memoria. A dónde voy es a que me alucina que todavía hoy tenga que leer como madres se insultan en Facebook comentando un artículo que describe las bondades de la leche materna. Es algo que no acepta discusión alguna, la naturaleza humana siempre irá por delante de cualquier producto artificial. Entonces, si eso lo sabemos todos, ¿por qué esas peleas? Volvemos a lo de antes, por inseguridades, frustraciones y la necesidad de justificarnos o defender que somos tan buenas madres como las otras porque nuestros hijos crecen igual de bien con el biberón. Chicas, no hace falta. Siéntete bien dando la teta y sacándola en una cafetería, es lo más natural del mundo!! Siéntete bien y no te defiendas si sales del hospital con un biberón en la mano, vas a criar a tu hijo con el mismo amor y cuidado que cualquier otra madre! Apoyémonos, ayudémonos y normalicemos la lactancia, sea cual sea, de una vez por todas. Si lo más importante son nuestros pequeños y ellos no nos juzgan, ¿por qué tenemos que hacerlo entre nosotras?

No sé cuando llegará este idealizado momento, supongo que cuando mueran los movimientos reivindicativos y dejemos de ser tan críticos. Porque, no os parece  irónico y absurdo que se critique a la que no da el pecho, a la que lo da poco tiempo y a la que lo prolonga demasiado (¿y quién marca cuando es demasiado?). Lo dicho, que mañana comience la semana europea de la lactancia materna no sé si es bueno o malo...