viernes, 18 de noviembre de 2016

El destete


Dejar de dar el pecho puede ser duro por muchas razones al igual que tomar esa decisión puede ir también motivada por muchos motivos. Lo más común es que una madre lo retire por su reincorporación al trabajo. Pero también puede ser que necesite descansar por la noche o que el propio bebé pierda el interés por mamar. Sea como sea, es un momento agridulce para la madre ya que se abandonan momentos de vínculo muy especial y si sabes que no va a llegar otro bebé a tu vida y que eso no lo vas a volver a vivir… te despides de una etapa profundamente especial.

Mi caso es el siguiente: Mi peque siempre ha necesitado el pecho y, si por él fuera, viviría eternamente enganchado a él. La transición hacia los alimentos fue buena hasta que llegaron las itis (bronquitis, gastroenteritis, otitis, etc) Entonces perdió apetito y necesito aún más refugiarse en el pecho. Y por las noches, uff, las noches, la media de despertares estaba en cuatro cada madrugada. El agotamiento era tremendo. 11 meses sin descansar cuatro horas seguidas iba a acabar con nosotros. Y tuvimos que tomar una determinación. Hará un mes que hemos reducido las tomas a una por noche y hemos sustituido el pecho por el biberón. Tuve que separarme durante una semana para que se calmara y aceptara el biberón y casi podemos decir que nos ha cambiado la vida. Creo que hasta el peque lo agradece pues duerme al fin seguido. Y yo en la misma habitación, jeje En nuestro caso, ojo, no doy lecciones, sólo hablo por mi propia experiencia, ha sido crucial retirar el pecho completamente por la noche. Acepta el biberón, toma todo lo que le pide el cuerpo en ese momento, y sigue durmiendo sin excitarse al olerme.

Resuelta la noche, el problema continuó de día. Y es que a mediodía llegaba de la guardería nervioso y protestón hasta el punto de rechazar jornada tras jornada su plato de comida. Llegó a aborrecer la verdura y cerró la boca esperando impaciente al pecho. Cedí muchos días pensando en que estaba enfermo y que necesitaba comer algo y estar tranquilo. Hasta que me di cuenta de que acercándose al año, habíamos hecho una regresión a los seis meses de edad. Se alimentaba de biberón con cereales, pecho y fruta para merendar. Lo consulté con su pediatra y, obviamente, me comentó que no era normal y que había que reacostumbrarlo a comer. Así que me decidí a no ceder y ser fuerte. Se acabó durmiendo muchos días sin comer, agotado de llorar. Pero finalmente lo hemos logrado también y hace unos días que vuelve a comer. Así pues, hemos conseguido normalizar las comidas, las noches y el pecho ha pasado a ser un complemento puntual. No lo he retirado completamente porque no me supone ninguna molestia, no interfiere en su alimentación normal y a él le encanta.

Emocionalmente, pensar en el destete, es un poco triste. Es bonito que necesite refugiarse en tu pecho y que entre tus brazos se calme, se duerma o simplemente esté completamente feliz. No creo que vaya a ser de las madres que alargan la lactancia hasta los 3 y 4 años. Para mí, el pecho va unido a la palabra bebé. Y cuando el bebé deja de serlo para convertirse en un niño, muchas cosas quedan atrás. (Aunque me parece fantástico que otras madres lo entiendan diferente). Es por ello que es algo melancólico abandonar esta etapa. Cuando hice el destete con el mayor, a los siete meses, no sentí nada, él no notó nada, simplemente, fue de un día para otro, así de fácil. Sabía que llegaría otro peque a mi vida y que reviviría todo aquello. Ahora es distinto, ya nada volverá.


Así que puedo decir que he vivido dos destetes, uno impresionantemente sencillo y otro difícil. Es importante entender las necesidades del bebé y las de la madre para readaptarse a la nueva situación sin que resulte traumático para ninguno de los dos. Poco a poco y con un poco de la receta mágica (paciencia), todo se normaliza.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Parejita o repetir sexo?


Mis hijos tienen 4 años y 11 meses así que todavía es temprano para poder hablar de las ventajas o desventajas de tener dos hijos de un mismo sexo. Puedo decir que, al menos en lo que a ropa se refiere, es una evidente ventaja. Más adelante, intuyo que compartirán juegos y eso será más que positivo y práctico. Así que ahora mismo, la reflexión, en mi caso, es más emocional que otra cosa. Me hubiera gustado tener la pareja? Pues claro que sí. Sabemos cómo hacemos los niños mi marido y yo, siempre tendré la curiosidad por saber cómo sería una niña nuestra. Es la parejita la elección más popular, la preferida por excelencia? En teoría, eso creía, en la práctica, parece que no.

Hoy leía una encuesta que sacaba como conclusión que para ser feliz había que tener dos hijas. Lo relacionaban con lo comunicativas que son las niñas. Os podéis imaginar las respuestas "Pues yo tengo dos niños y somos inmensamente felices" "Pues mis niños son de lo más cariñosos.." La verdad, estos estudios, si se les puede llamar así, son una auténtica chorrada. Cada niño es de su padre y su madre y, por lo tanto, es un mundo. Si generalizar conductas de crecimiento o desarrollo que habitualmente están aceptados ya choca con muchísimas excepciones, no te digo si hablamos de personalidades. Acaso los padres de niños no pueden ser tan o más felices que los de niñas? Acaso no hablarán y compartirán de todo con sus hijos? Y si tienes uno de cada? Es como predecir el número ideal de hijos. Los que tienen dos dirán que es un número muy llevable. Los de tres dirán que es lo más bonito que hay. Los de cuatro, que su casa es una fiesta contínua... En fin, que cada uno aprende a vivir y ser feliz con lo que tiene y si, además, es buscado, no hace falta decir que eso es lo que les da sentido a la vida.

Cuando estaba embarazada de mi segundo hijo, todos me preguntaban qué llevaba. Al decir que un niño y que era el segundo, o bien me dedicaban una sonrisa complaciente diciendo que es muy práctico porque jugarán juntos, o bien me hacían la broma de buscar el tercero para que llegue la niña. De hecho, al final me adelantaba yo y hacía esa misma broma. No os negaré que una nena me encantaría pero al final, la realidad es que no tenemos niños o niñas, tenemos hij@s, criaturas perfectas a nuestros ojos a los que queremos más que a nosotros mismos. Y la verdad es que da igual el sexo, lo importante es esa alma que los hace ser como son. Pero lo que parece gracioso es que haya que "consolar" a la pareja diciendo estas cosas. Porque vamos, de lo que no tengo duda es de que, de haber venido la niña, nos hubieran felicitado por tener la pareja.

Creéis que algún día estará legalizado el escoger el sexo del bebé (fuera de los casos en los que por motivos de salud sí esté indicado)? Pensáis que es poco ético? Como con tantas cosas, yo creo que hay excepciones. Si una pareja tiene que recurrir a la fecundación in vitro porque tiene problemas de fertilidad y a la mujer le tienen que transferir uno o varios embriones, en el caso de que ya tenga dos hijos de un mismo sexo, no veo por qué no se le puede transferir el embrión del sexo que prefiera. Otra cosa sería tener bebés a la carta sin necesidad de utilizar esta técnica.

Y como en todo, hay gente que se pasa de rosca y se deja llevar por la obsesión como esta pareja: http://blogs.20minutos.es/madrereciente/2011/01/12/una-pareja-aborta-dos-hijos-varones-sanos-en-su-obsesion-por-engendrar-una-nina/

Si rastreáis la red, veréis que las obsesiones y disgustos vienen siempre por buscar la niña. Es entonces cuando miro a mis chicos y pienso en por qué tienden a ser más deseadas ellas. Por lo divertido de vestirlas? Porque se suponen más cariñosas? En lo primero puedo estar de acuerdo, es indudable que la ropa de niña es más alegre. En lo segundo difiero. O por lo menos respecto a mi experiencia. Por lo visto, a mi me ha tocado la lotería ;-)

domingo, 9 de octubre de 2016

Dibujos de ayer y de hoy


Los tiempos han cambiado y eso los de treinta y tantos lo sabemos muy bien. Ya nada se ve como antes. La tecnología, la forma de vestir, la música, los juegos, la televisión, los dibujos animados... Todo ha cambiado muchísimo. Y hoy escojo los dibujos animados y algunas de las series de moda para compararlas con las de nuestra infancia y explicar el paso del tiempo.

Antes de nombrar algunas de las famosas series, sólo os comentaré algo que ya de por sí nos deja claro que lo que hoy viven nuestros hijos no tiene nada que ver con lo nuestro. Por ejemplo, nosotros teníamos que esperar al sábado y domingo después de comer para ver ese capítulo de David el Gnomo o el Inspector Gadget. Y si no estábamos a esa hora delante de la tele, se esfumaba la ocasión hasta su reposición. Hoy en día, sólo tenemos que coger el mando de la televisión para rescatar el capítulo que ya han dado y podemos verlo y repetirlo hasta la saciedad. Aunque más fácil es coger la tablet y buscar una hora de capítulos sin interrupción para ver la serie desde la cama, el autobús o la sala de espera del médico. 

Hoy: La Patrulla Canina

La serie de moda por excelencia cuyo merchandising está arrasando en todo el mundo. (Las caras de esos perros las he visto en todo lo imaginable). Las aventuras de la patrulla canina no me producen ni frío ni calor. Son historias tal vez demasiado simplonas (rescatar a la gallina de la alcaldesa o encontrar la mochila del cole de un niño no es lo que se dice emocionante) pero los perros son simpáticos y cada uno demuestra una habilidad distinta haciendo que cada crío se identifique con el suyo preferido. No hace pensar mucho a los niños ni que su imaginación vuele así que por eso no creo que vaya a dejar mucha huella. Es una moda sin más.

Ayer; La vuelta al mundo de Willy Fogg

Como su nombre indica, esta serie nos hacía viajar, conocer, descubrir.. no por menos estaba basada en una obra de Julio Verne. Había aventura en estos dibujos, nos hacían sufrir si se complicaban las cosas para los protagonistas ya que Willy Fogg debía ganar su apuesta y realizar el viaje dentro de ese plazo. Sin duda, algo aprendíamos. Gran banda sonora.

Hoy: Bob Esponja

Bob es el rey. Gusta a pequeños y grandes. No hay discriminación de edad. Aunque un niño de tres años no comprenda la mitad de las bromas, se queda embobado delante de la pantalla gracias a su ritmo y colores. No entusiasma a muchos padres que consideran su humor algo ácido. Bob es simplón e inocente pero acaba siendo siempre el crack ya que habitualmente hunde en la miseria a Calamardo y, por supuesto, su mente está a años luz de Patricio. (El señor Cangrejo vive en su mundo paralelo con una única obsesión, el dinero...). Nos explican historias sueltas sin continuidad ni demasiado mensaje. Entretenimiento puro y duro.

Ayer: Érase una vez...la vida 

Una nueva lección de aprendizaje. Una serie absolutamente didáctica que muchos profesores habrían querido para sus clases. La mejor manera de enseñar a unos niños lo que es el cuerpo humano, cómo funciona, por qué ocurre lo que ocurre, cómo somos por dentro, etc Cómo aprender sin saber que estamos aprendiendo y, encima, disfrutando. Además, la colección era fantástica "Érase una vez... el hombre/ el espacio/ la ciencia..." etc Gran banda sonora

Hoy: Dora la exploradora

Una serie absolutamente repetitiva que mezcla frases en inglés y cuyos personajes son simplones a más no poder. Una niña educada y lista cuyo mejor amigo es un mono repelente  a quienes persigue un zorro inútil aspirante a ladrón. Siempre sale un mapa para ayudarles a encontrar los caminos que siempre acaban pasando entre montañas y cruzando puentes. Visto un capítulo, vistos todos. Y por si no teníamos bastante, tenemos la versión Dora adolescente en la ciudad.

Ayer: David el gnomo

Serie entrañable con personajes queridos que daban lecciones de vida y transmitían valores como la amistad, el respeto, la justicia o lo importante que es cuidar de nuestro planeta. Y el final, ese final que nos hizo llorar a todos y nos enseñó que la vida es un ciclo. Gran banda sonora

Hoy: Peppa Pig y Pocoyó

Dibujos dirigidos a los más pequeños. Peppa Pig  y su familia viven algunas peripecias en su día a día y transmiten sencillas lecciones a los niños que pueden sentirse identificados con algunas de las situaciones que vive la simpática cerdita. Me parece una serie bonita, sin más. Al igual que Pocoyó y sus acompañantes. Es una serie muy visual y fácil de digerir que engancha rápidamente a los peques. Además, sus canciones son pegadizas.

Podría seguir durante muchos más posts repasando series míticas pero la conclusión sería la misma. Antes se explicaban historias y hoy se dan cápsulas de entretenimiento ligero. Si se trata de divertir un rato, el objetivo está más que conseguido. Pero yo echo algo de menos... No es que quiera ser nostálgica pero ya no se hacen dibujos como antes. Aishhh

domingo, 2 de octubre de 2016

El absurdo debate de la lactancia




Estamos acabando 2016,vivimos en pleno siglo XXI, y seguimos celebrando la semana de la lactancia materna, seguimos haciendo tetadas populares y tantas y tantas otras reivindicaciones para defender la importancia de lo más natural que existe. En este post no voy a defender una cosa para criticar otra, lo que voy a apoyar es el sentido común y la libertad que nos hemos ganado las mujeres para hacer lo que nos de la gana.

Antes de continuar, es justo que os explique cual fue mi elección. Opté por dar una oportunidad a la lactancia materna, por comprobar que era capaz, que mi hijo se adaptaba, se alimentaba bien y ambos disfrutábamos de esos momentos de conexión. Pues bien, pese a ser cesárea, tuve subida de leche, produje buena cantidad, mi hijo se cogió y fue ganando peso. Se cumplió todo menos lo de disfrutar del momento. Expliqué hace unos años que los primeros meses de LM fueron muy duros. Tuve mucho dolor y cada toma se convertía en una pequeña tortura. Pero fui perseverante y con el tiempo el dolor desapareció. A los siete meses vi a mi hijo menos dependiente, decidí retirar el pecho y no notó absolutamente nada. Con el segundo fue todo bastante similar aunque, a sus diez meses, tiene una dependencia total del pecho y ahí andamos todavía dado que dispongo de mucho tiempo para dedicarle.

Una vez resumida mi experiencia, mi reflexión es que si hubiera tirado la toalla por los dolores y heridas en esos primeros meses, nadie me hubiera criticado por ello. Incluso si dejara ahora las tomas de madrugada después de 10 meses sin un descanso reparador, nadie podría echarme nada en cara tampoco. Y digo yo, ¿por qué tengo que pensar en lo que otros dirán? La verdad es que no lo pienso, ha sido una reflexión intencionada para plasmar aquí que todo el mundo se cree con derecho a opinar, que todas sienten que han de defenderse por no dar el pecho o han de justificar que han sufrido lo suficiente antes de dejarlo. En definitiva, parece que las madres estemos bajo un juicio constante por parte del resto de madres.

Puedes no dar el pecho porque no te quieres sentir atada, porque has de retomar el trabajo demasiado pronto, porque quieres compartir la lactancia con el padre, o porque das mucha importancia a tu aspecto y no quieres destrozar tus pechos. Entonces aparece la gran palabra EGOÍSMO. Una palabra muy peligrosa porque detrás de cada mujer que no da el pecho hay una historia y a lo mejor es una historia llena de sacrificios. ¿Qué sabremos el resto para juzgarla y llamarla egoísta?

De este tema se han escrito miles de artículos y no quiero acabar repitiendo todos los puntos de vista que nos sabemos de memoria. A dónde voy es a que me alucina que todavía hoy tenga que leer como madres se insultan en Facebook comentando un artículo que describe las bondades de la leche materna. Es algo que no acepta discusión alguna, la naturaleza humana siempre irá por delante de cualquier producto artificial. Entonces, si eso lo sabemos todos, ¿por qué esas peleas? Volvemos a lo de antes, por inseguridades, frustraciones y la necesidad de justificarnos o defender que somos tan buenas madres como las otras porque nuestros hijos crecen igual de bien con el biberón. Chicas, no hace falta. Siéntete bien dando la teta y sacándola en una cafetería, es lo más natural del mundo!! Siéntete bien y no te defiendas si sales del hospital con un biberón en la mano, vas a criar a tu hijo con el mismo amor y cuidado que cualquier otra madre! Apoyémonos, ayudémonos y normalicemos la lactancia, sea cual sea, de una vez por todas. Si lo más importante son nuestros pequeños y ellos no nos juzgan, ¿por qué tenemos que hacerlo entre nosotras?

No sé cuando llegará este idealizado momento, supongo que cuando mueran los movimientos reivindicativos y dejemos de ser tan críticos. Porque, no os parece  irónico y absurdo que se critique a la que no da el pecho, a la que lo da poco tiempo y a la que lo prolonga demasiado (¿y quién marca cuando es demasiado?). Lo dicho, que mañana comience la semana europea de la lactancia materna no sé si es bueno o malo...

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Llega el Baby-Led Weaning... la papilla ha muerto??



Hoy voy a comentar una nueva "moda" aunque muchas defensoras de lo que hablaré os indignéis con esa palabra. Lo llamo "moda" porque una servidora que lee mucho acerca de la maternidad y que es madre desde hace cuatro años nunca antes había leído antes esa palabra Baby-Led Weaning. Que viene siendo dejar a los bebés comer solitos. No me digáis que si a eso se le pone un nombre así no es para ponerlo de moda? En fin, aquí voy a relatar los pros y contras de una manera muy subjetiva. Al loro, no doy lecciones, no soy pediatra y no tengo conocimientos médicos, os voy a hablar como madre inexperta camino de sacarse algún titulillo de primer grado.

Permitidme que deje de utilizar el término anglosajón para definirlo en lenguaje llano: Que los bebés experimenten y se guíen a si mismos en la introducción de la alimentación complementaria. Estamos hablando abiertamente de bebés de seis meses que, en lugar de pasar del pecho o biberón a la papilla, van directamente a agarrar con la mano una patata hervida, una zanahoria, un brócoli, un filete de carne (si, si, lo he leído de puño y letra de un enfermero de pediatría que me inspira total credibilidad) o un trozo de pera. Voy a dejar de un lado el hecho de que el crío, su ropa, su sillita y el suelo van  quedar totalmente perdidos de comida (tiene solución con lavadora/escoba/fregona). Voy directa al hecho de que existe una posibilidad, aunque sea pequeña, de que el crío se atragante. Vaya por delante que no me considero una madre especialmente sufridora pero creo que a veces queremos correr demasiado. Queremos dar una autonomía a un bebé con la excusa de la experimentación y con el pretexto de que así aceptarán antes sabores y texturas. Yo no digo que no se le pueda acercar a un bebé sin dientes un trozo de plátano o de patata hervida pero de ahí a ponerle un plato de verduras y frutas, que este vaya cogiendo y se los meta en la boca... 

Leo que con seis o siete meses no saben coger trozos pequeños y dejarlos caer dentro de la boca. Leo que durante esos meses tienen una capacidad de expulsión mediante arcada si se atragantan. Leo que son pocos los casos de sustos graves. De acuerdo, pero los accidentes ocurren y cada niño es un mundo. Y si yo tengo un niño nervioso, fuerte, al que le gusta morder todo con sus encías y además glotón? Y si muerde un trozo grande, lo quiere expulsar, empieza a toser, se pone rojo...? Todo por qué? Pues por dejarlo elegir lo que quiere comer, cuanto y cómo. Por aprovechar su curiosidad innata y facilitar una transición más natural de la leche al sólido. Y yo pienso... qué tenían de malo las papillas? Dónde ha quedado aquel razonamiento de "Si no tienen dientes, será porque no están preparados para morder, para comer trocitos..Cuando su naturaleza les de dientes, comenzarán a masticar y triturar..." Si niños de un año y hasta dos se han ahogado con un trozo de pera. No quiero ser alarmista ni tampoco querría quedar como una antigua o retrógrada pero si mi hijo, que me llevó por la calle de la amargura (frase muy de abuela, lo sé) para que comiera fruta entera, hoy, a sus cuatro años, ya la come desde hace uno sin problema.. qué niño no va a poder hacer la transición??? Por qué tenemos tanta prisa? 

Soy culpable pues de no evolucionar. Soy culpable por preferir triturar el bistec o filete de pollo entre la verdura a darle el trozo de carne para que lo chupe un rato, Soy culpable por triturar la fruta. Soy culpable por pensar en que come mucho más con mis papillas que chuperreteando los restos del plátano que estrangula y manosea (y del que no va casi nada a su estómago) Y soy culpable por pensar que hasta que no tenga dientes no le voy a dar trocitos aunque luego me cueste un par de meses más que los acepte. Porque, de qué estamos hablando? De años?? Venga, va. Repito que mi hijo mayor me lo puso difícil y, de acuerdo, su primera tortilla fue al suelo y sus primeros macarrones también. Lo confieso.. Pero al cabo de unas semanas se lo comió como todos los niños.

No creáis que me niego a dejar que mis hijos experimenten. Lo hago, por supuesto, pero no sustituyo su alimentación tradicional completísima porque para mi esa es la prioridad junto a su seguridad. Y no digo que no sea un método apto para muchísimos niños, eh? Y lo celebro. Pero mi lema es, pasito a pasito, dientecito a dientecito, trocito a trocito.. ;-)

jueves, 15 de septiembre de 2016

El fenómeno Verdeliss


Hace unos meses descubrí a la famosa vlogguer Verdeliss, todo un fenómeno en Youtube. Se trata de una madre pamplonica de seis hijos que documenta su día a día cámara en mano. La vida de Stefi y Aritz junto a sus hijos ha enganchado a miles de personas en España y Latinoamérica. ¿Y qué es lo que engancha tanto a la gente? ¿Qué tiene esta família que levanta pasiones hasta entre adolescentes? Por lo pronto, en el post de hoy, os daré mi opinión al respecto. Y os avanzo que a mi también me han ganado.

Verdeliss ha creado escuela y a partir de sus vloggs han nacido imitaciones e inspiraciones pero, como buena espectadora, me quedo con la original. La naturaleza humana es chafardera, nos encanta meter la nariz en la vida de los demás. Cómo se levantan, dónde duermen, cómo tienen la casa, qué compran, qué visten... Esto es lo que nos enseña esta familia que vive por y para sus seis hijos: Aimar, Irati, Laia, Julen y las mellizas de seis meses Anne y Eider. Verdeliss es un fenómeno en el terreno de la maternidad y lo que me fascina es que hipnotice a seguidoras que ni son madres ni tienen edad de serlo. ¿Tendría yo algún interés en su vida si no tuviera hijos? ¿Me hubiera suscrito a su cuenta con 25 años? Pues muy probablemente no. Porque no esperéis vivir con ellos problemas de pareja o altibajos. No dan clases de cocina, moda o belleza ni hablan de sus gustos musicales o de cine. Y tampoco cogeremos grandes ideas para ir de turismo. Nada de eso. Repito, vemos cómo se levanta Stefi, la ropa que se pone, cómo despierta a los niños y los lleva al cole, cómo va de compras al supermercado o de rebajas, cómo organiza la ropa de los niños, hace la casa, cocina (sin grandes alardes en los fogones) y cómo los fines de semana suben juntos al monte a jugar al aire libre. Eso sí, probablemente lo más impactante en la red sean sus partos. Dicen que son los más vistos en España. Y eso si que te paraliza delante de la pantalla porque no me digáis que no es emocionante ver a una mujer de parto. Y si vives los momentos previos a dar a luz, ¿cómo no vas a querer ver cómo crece esa criatura adoptada ya por toda la comunidad virtual? 17 millones de visualizaciones tienen acumulados sus partos. Casi nada. Su cuenta tiene más de medio millón de suscriptores y cada vídeo es devorado por cientos de miles de seguidores. Eso se traduce, por supuesto, en unos buenos ingresos, lo que posibilita que Stefi se dedique en cuerpo y alma a su familia y a grabar su vida a diario.

No soy nadie yo para criticar este hobby/trabajo y sería algo cínica criticando lo que consumo. Pero sí me hago ciertas preguntas. ¿Comprometes la intimidad de unos menores? ¿Los marcas para siempre? ¿Decidirán algún día estos que prefieren ser anónimos? (en muchas ocasiones son reconocidos por la calle y han sido motivo de reportajes televisivos) ¿No es peligroso convertir a tus hijos en "objetos" preciados de fans? ¿Si algún día dejan de levantar pasiones, entenderán lo que ha pasado? ¿Les pasará factura su vida capitulada en internet cuando sean adultos? ¿Tenemos derecho los padres a exponer la vida privada de nuestros hijos así? No tengo la respuesta a todo esto pero de momento veo a unos padres felices y orgullosos viviendo el presente con unos hijos felices y orgullosos de ser quienes son.

Y puestos a ser tiquismiquis, admitiendo que me gusta saber de las andadas de esta familia, he de decir también que me cansa la manera poco natural en la que habla Stefi utilizando un lenguaje más propio de un profesor en un aula que el de una madre de a pie. Y para corrección la de esta madre que nunca tiene la casa desordenada, nunca grita a sus hijos, nunca se despeina, siempre va perfectamente maquillada, no tiene sueño, ni un kilo de más, conserva una calma impresionante ante cualquier contratiempo y tiene a los críos más educados del universo. (Le salva que pasa de pijadas a la hora de vestir y me ahorro ver los modelitos de revista que otras madres blogueras sí lucen en sus cuentas) Yo no me maquillo todos los días, grito en ocasiones a mi hijo mayor, me arrastro muchas mañanas después de dormir a trompicones, me paso la vida ordenando el piso y si he de soltar un "Joder", lo suelto. Pero lo dicho, al menos su armario no difiere mucho del mío.

Me atrae su pequeño mundo en Youtube y creo que si todas lo mostráramos así nos reiríamos mucho pero valoro demasiado mi intimidad y prefiero seguir compartiendo pequeños pedacitos entre líneas por aquí. Os animo a seguirla y a que me deis vuestra opinión!

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La vida con un nuevo bebé



Ante todo, mis disculpas por una desconexión demasiado larga. Durante este tiempo ha llegado un nuevo miembro a la familia (con todo lo que ello conlleva) y he tenido ritmos laborales dispares. Decidida a no abandonar de nuevo mi entorno social digital, me hace mucha ilusión poneros al día.

Me he replanteado en muchas ocasiones el tono de este Blog ya que sigo con ganas a otras madres bloggeras que se definen como anti dramáticas o que comentan con sarcasmo las situaciones cotidianas que se encuentran en su día a día, las hay consejeras y las que no se estresan nunca... vamos, de todo. Yo no quiero ser ácida, perfecta o ñoña ni pretendo quejarme por todo. Me he propuesto no aferrarme a una única personalidad. Esto quiere decir que voy a transmitir lo que veo y siento según cómo me encuentre en ese momento. Así que permitidme que hoy, siendo fiel a mi misma, os cuente cómo llevo lo de vivir con dos criaturitas. Avanzo mi estado en el siguiente titular: "Si este segundo bebé llega a ser el primero sería hijo único"

Ya lo dicen que no hay dos hermanos iguales. Pues qué gran verdad!! La segunda criatura cuenta ya con 9 meses y ya da el doble no, el triple de faena que el mayor. Dicen que a grandes edades grandes problemas.. pues para ser el enano, nos lleva de cabeza. No llevo dormidas tres horas seguidas desde no sé cuando, no puedo dejar el pecho porque lo necesita todavía como el aire que respira, no puedo perderle de vista ni un instante porque se sube a todo, lo toca todo y se lo mete to-do a la boca y es tan fuerte y bruto que me parece que a la que camine habrá que poner guardaespaldas al mayor. Parece mentira que esa bolita tan simpática y risueña pueda dar tanta guerra.

Y si por un lado tenemos este estrés absoluto, por suerte, contamos con la experiencia del primero. Por ello no salimos corriendo a urgencias cuando se cayó de la cama (aunque mi llorera de culpabilidad me la di por haberme girado la friolera de 5 segundos) ni cuando se dio de morros gateando (con su mini chichón y gotilla de sangre pertinente). Eso sí, no tenía ni dos meses de vida cuando una tos muy fea lo llevó durante tres días al hospital con bronquiolitis. Ya lo pensamos cuando su hermano le tosió en plena cara, nada bueno podía salir de ese acercamiento.

Eso sí, para que veáis que no todo es malo, tengo que decir que el mayor lo ha llevado fenomenal. Sin celos ni numeritos (se basta con sus berrinches propios de los 4 años) hacia el bebé. Lo quiere, se deja estirar de los pelos con una carcajada, lo vigila (a ratos) y sonríe siempre que una vecina o dependienta se para a piropear al peque (cuando antes era él quién únicamente recibía los piropos). Si cuando nos mudemos y compartan habitación lo sigue llevando así de bien, nos daremos por muy satisfechos.

Y ahora mismo ando buscando trabajo y dejando al peque tres horitas en la guardería por las mañanas ya que, de tenerlo en casa, no podría hacer absolutamente nada. De hecho, compramos vía Amazon un corralito para tenerlo controlado y evitar que estire de los cables y se los meta en la boca. O lo que es lo mismo, para poder lavarme los dientes sin miedo a que se mate. Creo que con lo manazas que es, ni los protectores de enchufes y esquinas estarían a prueba de este terremoto.

Para no alargarme más en mi regreso al Blog, y a la espera de iros recuperando de vuelta, reclamo vuestros trucos milagrosos para poder quitar las tomas de pecho de madrugada (el chupete ha fracasado estrepitosamente).

Hasta pronto!!