martes, 3 de marzo de 2015

Varicela, una epidemia por la gracia del Gobierno



No hace falta ser médico ni pediatra para entender que el auge de casos de varicela que estamos viviendo estos días era evitable y que este país da progresivamente pasitos hacia atrás. Y esto comienza a dar miedo. Si lo de la medicación para la Hepatitis C ya era un escándalo, ahora de propina tenemos un escenario con la varicela que nos lo hemos buscado solitos. Pero lo peor ya no es la retirada de la vacuna (que es malo) sino que no se nos permita tan siquiera ir a una farmacia a comprarla libremente. Vamos, que en breve Varivax llegará de contrabando. Una auténtica vergüenza.
 
La clase de P2 de mi hijo tiene a casi la mitad de sus alumnos enfermos de varicela. Esto se traduce en niños y niñas de dos años y medio con el cuerpo plagado de granos llorando a lágrima viva sin poder dormir porque se mueren de picor. Son críos que no saben lo que les pasa, que a duras penas pueden explicar lo que sienten y que no comprenden por qué no se pueden rascar. En definitiva, tenemos a media docena de criaturas que apenas han dejado de ser bebés que podrían haberse ahorrado este sufrimiento o, por lo menos, haberlo pasado de una forma mucho más llevadera si hubieran recibido sus dos vacunas. Porque por supuesto la gran mayoría de ellos no ha recibido ni tan siquiera una.
 
¿Y qué alega o qué defiende el Ministerio? Pues que no sufrir la enfermedad de pequeños puede acarrear más problemas si se enferma de adulto. Vamos a ver, si lo traduzco a mi me sale que el Gobierno busca premeditadamente exponer a  los niños (de todas las edades) a que cojan la varicela. Pero bueno, ¿estamos locos? ¿Acaso no han leído los casos de muertes infantiles por varicela? ¿Se creen que es un resfriado? Entiendo que, por fortuna, la mayoría de casos no conllevan complicaciones pero estas pueden surgir. Y estaréis de acuerdo conmigo con que no es lo mismo pasarla con dos años como los compañeros de mi hijo que con siete u ocho como la pasé yo. O pasarla de forma muy agresiva sin vacuna o más leve con las vacunas puestas. En el colegio de mi hijo la varicela apareció en cursos de más mayores pero acabó llegando a P2. Y sencillamente lo hizo porque, al haber tan pocos vacunados, el virus se expande a sus anchas. Por otro lado, señores del Ministerio, si ahora se contagian en masa los niños como debe ser según ustedes, ¿qué pasará cuando estos contagien a padres que, por lo que sea, no están vacunados? ¿No es esto lo que quieren evitar?
 
Antes de continuar, me gustaría apuntar que puede haber mucha gente de acuerdo con la teoría del Gobierno de que la vacunación masiva en edad temprana puede desplazar el contagio a la edad adulta cuando sufrir la varicela es más complicado. Ahora bien, como adultos que somos los padres, creo que deberíamos poder escoger libremente si queremos o no vacunar a nuestros hijos.
 
No hace falta que os diga que la teoría del Ministerio no tiene respaldo científico. El ECDC (Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades de la Unión Europea) defiende que la vacunación de la varicela en niños pequeños reduce notablemente los casos sin que aumenten las enfermedades relacionadas en edad adulta. Así que, una vez más, no hay por dónde cogerlos. Como decía al inicio, habrá que ir a Andorra o Francia a buscar las vacunas con el peligro que conlleva romper la cadena del frío si no se traslada de forma muy segura.
 
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria lo ha dicho bien claro "es una decisión que no mejorará la salud de los niños españoles" Repito que es una enfermedad que, por lo general, provoca unos días de fiebre, unas ampollitas, costras y picor. Pero se puede complicar con infecciones y cuadros más graves si el niño contagiado tiene deficiencias inmunitarias. Jaime García Aguado, presidente de la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria, apunta a que podríamos volver a la situación en la que estábamos antes de que se comenzara a usar la vacuna en España en 2006. Entonces se producían entre 1.000 y 2.000 ingresos anuales por complicaciones relacionadas con la varicela, más de la mitad en niños menores de cinco años, y entre 5 y 14 fallecimientos.
 
En definitiva, no quiero alarmar a nadie pero me siento desamparada  por los que tienen que velar por mi salud y la de mi familia. Yo pude comprar y ponerle a mi hijo la primera vacuna y la segunda la conseguí apuntándome en una lista de espera a través de la Mútua. Cuando tenga un segundo hijo no sé qué peripecias voy a tener que hacer para darle las dos dosis. Sólo confío en que, para entonces, nos gobiernen otros con sentido común que nos informen y nos dejen escoger cómo queremos proteger la salud de nuestros hijos.