miércoles, 21 de septiembre de 2016

Llega el Baby-Led Weaning... la papilla ha muerto??



Hoy voy a comentar una nueva "moda" aunque muchas defensoras de lo que hablaré os indignéis con esa palabra. Lo llamo "moda" porque una servidora que lee mucho acerca de la maternidad y que es madre desde hace cuatro años nunca antes había leído antes esa palabra Baby-Led Weaning. Que viene siendo dejar a los bebés comer solitos. No me digáis que si a eso se le pone un nombre así no es para ponerlo de moda? En fin, aquí voy a relatar los pros y contras de una manera muy subjetiva. Al loro, no doy lecciones, no soy pediatra y no tengo conocimientos médicos, os voy a hablar como madre inexperta camino de sacarse algún titulillo de primer grado.

Permitidme que deje de utilizar el término anglosajón para definirlo en lenguaje llano: Que los bebés experimenten y se guíen a si mismos en la introducción de la alimentación complementaria. Estamos hablando abiertamente de bebés de seis meses que, en lugar de pasar del pecho o biberón a la papilla, van directamente a agarrar con la mano una patata hervida, una zanahoria, un brócoli, un filete de carne (si, si, lo he leído de puño y letra de un enfermero de pediatría que me inspira total credibilidad) o un trozo de pera. Voy a dejar de un lado el hecho de que el crío, su ropa, su sillita y el suelo van  quedar totalmente perdidos de comida (tiene solución con lavadora/escoba/fregona). Voy directa al hecho de que existe una posibilidad, aunque sea pequeña, de que el crío se atragante. Vaya por delante que no me considero una madre especialmente sufridora pero creo que a veces queremos correr demasiado. Queremos dar una autonomía a un bebé con la excusa de la experimentación y con el pretexto de que así aceptarán antes sabores y texturas. Yo no digo que no se le pueda acercar a un bebé sin dientes un trozo de plátano o de patata hervida pero de ahí a ponerle un plato de verduras y frutas, que este vaya cogiendo y se los meta en la boca... 

Leo que con seis o siete meses no saben coger trozos pequeños y dejarlos caer dentro de la boca. Leo que durante esos meses tienen una capacidad de expulsión mediante arcada si se atragantan. Leo que son pocos los casos de sustos graves. De acuerdo, pero los accidentes ocurren y cada niño es un mundo. Y si yo tengo un niño nervioso, fuerte, al que le gusta morder todo con sus encías y además glotón? Y si muerde un trozo grande, lo quiere expulsar, empieza a toser, se pone rojo...? Todo por qué? Pues por dejarlo elegir lo que quiere comer, cuanto y cómo. Por aprovechar su curiosidad innata y facilitar una transición más natural de la leche al sólido. Y yo pienso... qué tenían de malo las papillas? Dónde ha quedado aquel razonamiento de "Si no tienen dientes, será porque no están preparados para morder, para comer trocitos..Cuando su naturaleza les de dientes, comenzarán a masticar y triturar..." Si niños de un año y hasta dos se han ahogado con un trozo de pera. No quiero ser alarmista ni tampoco querría quedar como una antigua o retrógrada pero si mi hijo, que me llevó por la calle de la amargura (frase muy de abuela, lo sé) para que comiera fruta entera, hoy, a sus cuatro años, ya la come desde hace uno sin problema.. qué niño no va a poder hacer la transición??? Por qué tenemos tanta prisa? 

Soy culpable pues de no evolucionar. Soy culpable por preferir triturar el bistec o filete de pollo entre la verdura a darle el trozo de carne para que lo chupe un rato, Soy culpable por triturar la fruta. Soy culpable por pensar en que come mucho más con mis papillas que chuperreteando los restos del plátano que estrangula y manosea (y del que no va casi nada a su estómago) Y soy culpable por pensar que hasta que no tenga dientes no le voy a dar trocitos aunque luego me cueste un par de meses más que los acepte. Porque, de qué estamos hablando? De años?? Venga, va. Repito que mi hijo mayor me lo puso difícil y, de acuerdo, su primera tortilla fue al suelo y sus primeros macarrones también. Lo confieso.. Pero al cabo de unas semanas se lo comió como todos los niños.

No creáis que me niego a dejar que mis hijos experimenten. Lo hago, por supuesto, pero no sustituyo su alimentación tradicional completísima porque para mi esa es la prioridad junto a su seguridad. Y no digo que no sea un método apto para muchísimos niños, eh? Y lo celebro. Pero mi lema es, pasito a pasito, dientecito a dientecito, trocito a trocito.. ;-)

jueves, 15 de septiembre de 2016

El fenómeno Verdeliss


Hace unos meses descubrí a la famosa vlogguer Verdeliss, todo un fenómeno en Youtube. Se trata de una madre pamplonica de seis hijos que documenta su día a día cámara en mano. La vida de Stefi y Aritz junto a sus hijos ha enganchado a miles de personas en España y Latinoamérica. ¿Y qué es lo que engancha tanto a la gente? ¿Qué tiene esta família que levanta pasiones hasta entre adolescentes? Por lo pronto, en el post de hoy, os daré mi opinión al respecto. Y os avanzo que a mi también me han ganado.

Verdeliss ha creado escuela y a partir de sus vloggs han nacido imitaciones e inspiraciones pero, como buena espectadora, me quedo con la original. La naturaleza humana es chafardera, nos encanta meter la nariz en la vida de los demás. Cómo se levantan, dónde duermen, cómo tienen la casa, qué compran, qué visten... Esto es lo que nos enseña esta familia que vive por y para sus seis hijos: Aimar, Irati, Laia, Julen y las mellizas de seis meses Anne y Eider. Verdeliss es un fenómeno en el terreno de la maternidad y lo que me fascina es que hipnotice a seguidoras que ni son madres ni tienen edad de serlo. ¿Tendría yo algún interés en su vida si no tuviera hijos? ¿Me hubiera suscrito a su cuenta con 25 años? Pues muy probablemente no. Porque no esperéis vivir con ellos problemas de pareja o altibajos. No dan clases de cocina, moda o belleza ni hablan de sus gustos musicales o de cine. Y tampoco cogeremos grandes ideas para ir de turismo. Nada de eso. Repito, vemos cómo se levanta Stefi, la ropa que se pone, cómo despierta a los niños y los lleva al cole, cómo va de compras al supermercado o de rebajas, cómo organiza la ropa de los niños, hace la casa, cocina (sin grandes alardes en los fogones) y cómo los fines de semana suben juntos al monte a jugar al aire libre. Eso sí, probablemente lo más impactante en la red sean sus partos. Dicen que son los más vistos en España. Y eso si que te paraliza delante de la pantalla porque no me digáis que no es emocionante ver a una mujer de parto. Y si vives los momentos previos a dar a luz, ¿cómo no vas a querer ver cómo crece esa criatura adoptada ya por toda la comunidad virtual? 17 millones de visualizaciones tienen acumulados sus partos. Casi nada. Su cuenta tiene más de medio millón de suscriptores y cada vídeo es devorado por cientos de miles de seguidores. Eso se traduce, por supuesto, en unos buenos ingresos, lo que posibilita que Stefi se dedique en cuerpo y alma a su familia y a grabar su vida a diario.

No soy nadie yo para criticar este hobby/trabajo y sería algo cínica criticando lo que consumo. Pero sí me hago ciertas preguntas. ¿Comprometes la intimidad de unos menores? ¿Los marcas para siempre? ¿Decidirán algún día estos que prefieren ser anónimos? (en muchas ocasiones son reconocidos por la calle y han sido motivo de reportajes televisivos) ¿No es peligroso convertir a tus hijos en "objetos" preciados de fans? ¿Si algún día dejan de levantar pasiones, entenderán lo que ha pasado? ¿Les pasará factura su vida capitulada en internet cuando sean adultos? ¿Tenemos derecho los padres a exponer la vida privada de nuestros hijos así? No tengo la respuesta a todo esto pero de momento veo a unos padres felices y orgullosos viviendo el presente con unos hijos felices y orgullosos de ser quienes son.

Y puestos a ser tiquismiquis, admitiendo que me gusta saber de las andadas de esta familia, he de decir también que me cansa la manera poco natural en la que habla Stefi utilizando un lenguaje más propio de un profesor en un aula que el de una madre de a pie. Y para corrección la de esta madre que nunca tiene la casa desordenada, nunca grita a sus hijos, nunca se despeina, siempre va perfectamente maquillada, no tiene sueño, ni un kilo de más, conserva una calma impresionante ante cualquier contratiempo y tiene a los críos más educados del universo. (Le salva que pasa de pijadas a la hora de vestir y me ahorro ver los modelitos de revista que otras madres blogueras sí lucen en sus cuentas) Yo no me maquillo todos los días, grito en ocasiones a mi hijo mayor, me arrastro muchas mañanas después de dormir a trompicones, me paso la vida ordenando el piso y si he de soltar un "Joder", lo suelto. Pero lo dicho, al menos su armario no difiere mucho del mío.

Me atrae su pequeño mundo en Youtube y creo que si todas lo mostráramos así nos reiríamos mucho pero valoro demasiado mi intimidad y prefiero seguir compartiendo pequeños pedacitos entre líneas por aquí. Os animo a seguirla y a que me deis vuestra opinión!

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La vida con un nuevo bebé



Ante todo, mis disculpas por una desconexión demasiado larga. Durante este tiempo ha llegado un nuevo miembro a la familia (con todo lo que ello conlleva) y he tenido ritmos laborales dispares. Decidida a no abandonar de nuevo mi entorno social digital, me hace mucha ilusión poneros al día.

Me he replanteado en muchas ocasiones el tono de este Blog ya que sigo con ganas a otras madres bloggeras que se definen como anti dramáticas o que comentan con sarcasmo las situaciones cotidianas que se encuentran en su día a día, las hay consejeras y las que no se estresan nunca... vamos, de todo. Yo no quiero ser ácida, perfecta o ñoña ni pretendo quejarme por todo. Me he propuesto no aferrarme a una única personalidad. Esto quiere decir que voy a transmitir lo que veo y siento según cómo me encuentre en ese momento. Así que permitidme que hoy, siendo fiel a mi misma, os cuente cómo llevo lo de vivir con dos criaturitas. Avanzo mi estado en el siguiente titular: "Si este segundo bebé llega a ser el primero sería hijo único"

Ya lo dicen que no hay dos hermanos iguales. Pues qué gran verdad!! La segunda criatura cuenta ya con 9 meses y ya da el doble no, el triple de faena que el mayor. Dicen que a grandes edades grandes problemas.. pues para ser el enano, nos lleva de cabeza. No llevo dormidas tres horas seguidas desde no sé cuando, no puedo dejar el pecho porque lo necesita todavía como el aire que respira, no puedo perderle de vista ni un instante porque se sube a todo, lo toca todo y se lo mete to-do a la boca y es tan fuerte y bruto que me parece que a la que camine habrá que poner guardaespaldas al mayor. Parece mentira que esa bolita tan simpática y risueña pueda dar tanta guerra.

Y si por un lado tenemos este estrés absoluto, por suerte, contamos con la experiencia del primero. Por ello no salimos corriendo a urgencias cuando se cayó de la cama (aunque mi llorera de culpabilidad me la di por haberme girado la friolera de 5 segundos) ni cuando se dio de morros gateando (con su mini chichón y gotilla de sangre pertinente). Eso sí, no tenía ni dos meses de vida cuando una tos muy fea lo llevó durante tres días al hospital con bronquiolitis. Ya lo pensamos cuando su hermano le tosió en plena cara, nada bueno podía salir de ese acercamiento.

Eso sí, para que veáis que no todo es malo, tengo que decir que el mayor lo ha llevado fenomenal. Sin celos ni numeritos (se basta con sus berrinches propios de los 4 años) hacia el bebé. Lo quiere, se deja estirar de los pelos con una carcajada, lo vigila (a ratos) y sonríe siempre que una vecina o dependienta se para a piropear al peque (cuando antes era él quién únicamente recibía los piropos). Si cuando nos mudemos y compartan habitación lo sigue llevando así de bien, nos daremos por muy satisfechos.

Y ahora mismo ando buscando trabajo y dejando al peque tres horitas en la guardería por las mañanas ya que, de tenerlo en casa, no podría hacer absolutamente nada. De hecho, compramos vía Amazon un corralito para tenerlo controlado y evitar que estire de los cables y se los meta en la boca. O lo que es lo mismo, para poder lavarme los dientes sin miedo a que se mate. Creo que con lo manazas que es, ni los protectores de enchufes y esquinas estarían a prueba de este terremoto.

Para no alargarme más en mi regreso al Blog, y a la espera de iros recuperando de vuelta, reclamo vuestros trucos milagrosos para poder quitar las tomas de pecho de madrugada (el chupete ha fracasado estrepitosamente).

Hasta pronto!!