lunes, 12 de mayo de 2014

First Aid Kids



Hoy me voy a poner seria porque me gustaría hablaros de algo que no sólo considero útil sino también necesario y hasta me atrevería a decir que de obligado conocimiento. No me considero una obsesiva de la seguridad pero la verdad es que hay muchos peligros alrededor de los niños. Su inconciencia les hace jugar con cosas con las que se pueden quemar y cortar. Se pueden caer de mil sitios y dar golpes serios en la cabeza. En verano no se puede bajar la guardia ni un instante en el mar y la piscina. Y hay febradas ante las cuales no sabemos qué hacer. Por no hablar de intoxicaciones y hemorragias. Es muy fácil que nos paralice el pánico y no sepamos cómo actuar. Pues sabed que hay situaciones en las que nuestra reacción puede marcar la diferencia entre salvar a nuestro hijo o no. Y hay que estar preparadas.

Hay accidentes comunes y situaciones que nos dan margen para valorar, tirar de Dalsy y esperar para ver si hay que ir de urgencias o no. Pero existen otras más serias, otras que ocurren muy de vez en cuando y que a lo mejor, afortunadamente, nunca tendremos que afrontar. Aún así, no está de más conocer lo que podemos hacer dentro de nuestras posibilidades.

Buscando por Internet, hace unos meses encontramos la página de First Aid Kids, http://www.firstaidkids.es/, creada por un grupo de amigos y profesionales del sector médico dedicados a impartir cursos de primeros auxilios para bebés y niños. Varios de los componentes de este grupo trabajan en el 112. Nos explicaban lo importante que es para ellos mismos que los padres sepan cómo reaccionar en según qué casos. Y es que un simple atragantamiento con un trozo de fruta o una pieza de juguete puede causar ahogamiento y, por muy rápido que se desplace una unidad de emergencias, puede ser demasiado tarde para la criatura. Lo mismo que una caída accidental en la piscina. Los del 112 nos explicaban que se sentían frustrados al ver que los padres se paralizaban  esperando su llegada o a veces salían corriendo a por el coche en vez de practicar una sencilla maniobra para expulsar el objeto que se habían tragado y el posterior Soporte Vital Básico para conseguir que volviera a respirar su hijo. Son movimientos que hemos visto mil veces en televisión y muy efectivos si se realizan correctamente. Es normal que el miedo nos paralice sólo de pensarlo pero estoy segura de que haríamos lo que hiciera falta si nuestro hijo se ahogara o perdiera el conocimiento.

En este curso nos explicaron que luchan por concienciar a las escuelas y guarderías de lo importante que es que los monitores y maestros sepan toda esta teoría. Incluso llegaron a ofrecer las tres horas de curso de manera gratuíta en una escuela. Pero los maestros no tenían tiempo... Me marché de allí pensando en las maestras responsables de la vida de mi hijo ocho horas diarias. ¿Sabrían cómo reaccionar si mi pequeño se atragantara? Pasaron por mi mente algunos tristes casos que había leído recientemente en la prensa. Casos que me pusieron los pelos de punta y me indignaron. Y pensé que no tener estos conocimientos teniendo al cuidado niños de esta edad debería ser motivo suficiente de despido.

Os animo a que os informéis y leáis toda la información práctica que ofrecen en este curso. Explican cualquier situación de la vida diaria en la que se dan golpes, se abren heridas, sufren picaduras, mordeduras, intoxicaciones... ¿Qué tenemos que hacer? Y también, ¿Qué es lo que NO tenemos que hacer? Os sorprendería la cantidad de cosas que hacemos mal aplicando ese remedio casero de toda la vida.

Nos marchamos del curso contentos por haber aprendido, por saber que nuestro pequeño está un poco más seguro con nosotros. No somos médicos ni lo seremos nunca pero creed que con muy poquito podemos salvar una vida.