viernes, 7 de agosto de 2015

Regreso con buenas noticias


Tras una desconexión de meses por motivos laborales y nuevos horarios algo caóticos, he querido actualizar el blog con una buena noticia. ¡Ampliamos la familia! Estoy embarazada de 22 semanas y, si todo va bien, en diciembre tendremos un nuevo pequeño en casa. Esperamos otro niño. Reconozco que, si en estas cosas se pudiera elegir, habríamos pedido niña por lo de tener la parejita. Pero rápidamente me hice a la idea de que mi hijo tendrá un hermano con el que compartirá juegos y muchas complicidades. No digo que con una niña no lo hubiera podido hacer pero no voy a descubrir nada si digo que niños y niñas tienen ritmos diferentes. Todas las amigas que tienen nena y nene admiten los tópicos que dicen aquello de que ellos son más inocentes, simplotes, infantiles, nerviosos... y ellas maduran antes, son más retorcidillas, "listas" y tranquilas en general. Vamos, como que gran parte de esta definición se puede ampliar a nuestra vida adulta, jeje Muchos me dicen que ya vendrá la nena con el tercero pero no es ninguna obsesión y ni mucho menos voy a tener tres hijos sólo por el hecho de buscar la niña. Al 95% de seguridad nos vamos a plantar con nuestros dos chicos. Y os digo que si el peque sale la mitad de adorable que el mayor, no podré ser más feliz.

En posts antiguos hablaba de lo de ir a por el segundo. Este embarazo ha sido muy buscado y, por lo tanto, no ha habido estado de shock ni giro de planes. No se ha podido planear la estación de año pero después de parir en agosto, cualquier mes que se alejara de los sudores me parecía una gran idea. Este nacerá en una época totalmente opuesta, pleno diciembre. Así que dentro de lo práctico que resulta repetir sexo, no vamos a poder aprovechar la ropa por lo menos hasta el año. Después, como al mayor le pongo tallas de pantalón de un año antes (por esa manía de las tallas grandes de cintura que tienen muchas marcas), digo yo que con este caos de números podré aprovechar buena parte de la ropa. Todo lo demás lo tendremos ya a excepción de algunas cosas que nos dejaron y que no sé si podremos volver  a tener prestadas. Volveremos a poner las barras de la cuna en lugar de transformarla en cama junior y al mayor le compraremos una cama normal. Y muy importante, nos cambiaremos de piso! El actual nos quedaba justo ya con uno y con dos la cosa irá ya más apretada.

Todo el mundo nos dice que pasar de tener uno a tener dos no tiene absolutamente nada que ver. Uno está controlado por los dos padres y mientras uno se encarga el otro tiene un respiro. Con dos, hay que repartir atenciones y no hay más tregua que la que dan la siesta y la noche o que pasen unas horas con los abuelos. Estamos contentos de que el mayor vaya a tener 3 años y 4 meses para cuando nazca el bebé. Que vaya ya al baño solo, coma solo (cuando le da la gana) y juegue a ratitos solo (no creáis que demasiado) ayuda bastante. Claro que lo que no van a faltar, por lo que nos comentan otros padres, es la etapa de los celos. Mi hijo tiene todas las atenciones del mundo, todos le ríen las gracias, tiene a sus abuelos en el bote y en casa nos tiene encandilados. He de decir que no es un niño difícil aunque lógicamente tiene sus pataletas y hay que ponerlo recto de vez en cuando para que no se crea que puede hacer siempre lo que le venga en gana. Es simpático y risueño casi todo el tiempo y se mete a cualquiera en el bolsillo en un minuto. Cuando el protagonista sea otro que acaba de llegar y vea que siempre estamos pendientes del recién llegado, naturalmente lo va a pasar mal. Por lo menos no será más que una etapa y lo que va a ganar va a ser un hermano para toda la vida.

En cuanto al embarazo, he de decir que he tenido más sustillos y molestias que con el primero. Pérdidas, náuseas, dolor de cabeza que todavía va y viene e incluso alguna hemorragia nasal (hasta tuve que buscar si esto era propio de la gestación...). En el anterior ni me enteré hasta el último mes que aguanté un dolor de espalda que no me dejaba estar sentada más de media hora seguida. En el parto no pienso nada todavía, tiempo habrá aunque, por lo aprendido, no vale la pena planificar demasiado cuando luego la naturaleza marcará cómo ha de ir.

A mi hijo le vamos contando que va a tener un hermano. Ríe, acaricia la barriga, le da besitos y lo llama por su nombre. Cuando me preguntan si ya se lo hemos contado digo que sí y que está contento aunque imaginaréis que, a su edad, no tiene ni idea de lo que esto significa. A veces pienso que se le van a venir demasiados cambios encima casi a la vez: comenzar el colegio (de esto hablaré en el próximo post), la llegada de un hermanito y el cambio de piso. Pero haremos lo posible para que no le afecte y todo pueda ir lo más escalonado posible. Cuando las cosas salen así, poco puedes hacer para encajarlo pausadamente.

Por cierto, hemos tenido que interrumpir las vacaciones por una odiosa conjuntivitis vírica que ha cogido el nene. La pillé yo en el trabajo el mes pasado y ahora le ha tocado a él aunque más severa y dolorosa. Parte el corazón verlo sufrir tanto con los ojitos medio cerrados y heridas en la córnea. Suerte que es pequeño y nada más salir de los controles se olvida de todo con llevarlo a ver una fuente con peces. Esperemos poder volver pronto a la playa. Y que celebre como debe ser sus 3 añitos!

Prometo regresar pronto por aquí. Besos a tod@s y feliz verano!!!