martes, 13 de enero de 2015

Año nuevo y chupete.. ¿fuera?



¡Feliz Año a tod@s! Reconozco que despedí el año con un post un tanto gris y triste pero ya se sabe que los blogs son a veces un refugio para reflexiones, sentimientos y estados de ánimo. Y así estaba yo. Pero estreno este 2015 con más positividad y energía porque presiento que nos dará muchas alegrías. Pero no solamente alegrías, también trabajo para lograr esos propósitos que todos nos marcamos. Cerramos 2014 con el reto conseguido del pañal y ahora tenemos delante otro menos incómodo pero sí muy costoso.. el chupete!!

Recogiendo el tema del pañal, creía que ese momento no iba a llegar nunca, la verdad. Que mi hijo me pidiera el pipi era casi una utopía ya que desde octubre se trataba de ir mirando el reloj y sentarlo cada rato para que vaciara su vejiga. Pero cada vez había menos escapes y el tema estaba bastante controlado al fin. Lo que sí veía negro pero negro era el tema de la caca. Porque la caca parecía no avisar. Cuando llegaba, llegaba y ni un rayo alcanzaba a ponerle el orinal debajo. Pues lo que parecía imposible lo estamos consiguiendo al fin. El niño pide el pipi y la caca! Aunque he de reconocer que así como el aviso del pipi es coser y cantar, la caca a veces es traicionera y puede haber dos o tres falsos avisos y para cuando te despistas, hace acto de presencia estés dónde estés. Pero no me voy a quejar a estas alturas. Han sido tres meses desde que le quitamos el pañal y puedo decir que vamos tranquilos hasta en el coche.

Y ahora vamos con el tema del chupete, que aparentemente parece más fácil que el pañal porque no te ensucias ni fregoteas pero.. ay amigas, con el chupete duermes por las noches, evitas berrinches, comes en los restaurantes, lo sientas en el cochecito, no escuchas gritos y mil cosas más que con un fiera cansada y rebelde no puedes negociar. Cuando se enfoca el tema del chupete en el niño y su bienestar en mi egoísta mente pienso en mi propia tranquilidad. Porque esa cosa tan pequeña e insignificante logra que tu hijo se duerma en la mitad de tiempo para que así puedas tú cenar relajado o sentarte en el sofá. Y no hablo de cuando se despierta de madrugada. Ese aparatito es tu gran aliado cuando no se quiere poner la chaqueta o no quiere entrar al médico. Hasta para darle su medicina te sirve para que no escupa el último trago. Si es que es nuestro gran aliado. Y no penséis que mi hijo va siempre con el chupe en la boca porque hace tiempo que se lo quitamos durante el día. Lo usa sólo para dormir o en momentos puntuales.

Teníamos la intención de dárselo a los Reyes Magos pero no vimos la ocasión ni la manera de razonar con él lo que significaba decirle adiós. Y es que según sopla el viento, mi hijo quiere ser mayor o defiende que es pequeño todavía. En la guardería desde Navidad ya lo han borrado del mapa así que hacen la siesta sin. Y, según nos cuentan, va como la seda. Claro que hace tiempo ya que decidí dejar de comparar su comportamiento allí con el de casa. Este partido lo pierdo siempre. No hace falta que os diga que es meterlo en la cama y automáticamente pedir "el pete".

Así como con el pañal recibías consejos dispares según a quién preguntabas, con el chupete también me lo he encontrado. Por un lado está la enfermera del CAP, la de "A partir de los dos años fuera todo (pañal, chupete y biberón)" y luego están sus maestras que han decidido dejarles llevarlo hasta estas fiestas. Pero esta semana la directora de su guardería me ha dado manga ancha hasta verano porque todavía es pequeño y por la noche a esta edad van cansados. Yo he decidido ser fiel a mis principios y guiarme por su evolución y maduración. Evidentemente, algún paso habrá que dar para desengancharlo pero ahora que ha comenzado con sus miedos nocturnos, creo que sería más duro aún para él. Y si se alarga el tema, siempre podré recurrir al método de una conocida que plantó delante de su hijo de tres años unas fotografías de niños con bocas deformadas por abusar de su "amiguito". Bestia, sí, pero una táctica con efecto inmediato! (Más me valdrá a mi no mirar las fotos porque me conozco y los tres chupetes van a la basura esta misma noche)



Y a estos deberes del chupete sumamos los de buscar el colegio. Ya hemos visitado un par y este fin de semana seguimos con la ruta. En otro post os explicaré cómo es esta aventura y la extraña sensación de convertir en mayor a un niño que prácticamente está dejando de ser un bebé.

2 comentarios:

  1. Buenas de nuevo!!!
    Están ya los colegios haciendo las puertas abiertas!?!? Que pronto!
    Aunque si te paras a pensar la verdad es que ha pasado ya enero y nos plantamos en menos de nada ya en verano!
    El problema que nosotros tenemos con el peque de casi 2 años es que no nos come ningún trocito de nada!! Es desesperante pero hemos llegado a la conclusión de que finalmente el peque no le sale de las narices y mira que llevamos tieeeeeeeeeeeeeeeeeempo intentándolo. Asi que estoy de acuerdo contigo en el sentido que al final, no hace falta correr más de lo normal y ni tan siquiera de la media. Hay en cosas que nuestros pequeñajos se adelantan y en otras no van tan rápidos. No creo que sea peor padre porque mi hijo no coma trozos y menos cuando lo hemos intentado de miles de maneras y en la propia guardería también tiene claro que es cuestión de cabezonería del nene. Me siento muy identificado contigo en el paralelismo del "pete" y de la comida a trocitos. No hay que avanzar ni forzar las cosas. Si no quiere, ya querrán, en el fondo no pasa realmente nada; quizás entramos en la cabezonería nuestra de ver como los demás si lo hacen y no vemos realmente lo que no hacen y los nuestros si.

    Un abrazo!! PC: Força Barça!! Partidàs!!

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  2. Hola de nuevo!! Hace un tiempo escribí un post sobre la pesadilla de los trocitos, jaja Tu momento con los trocitos es como el mío con la fruta que sólo me la come triturada. En el cole la mastica pero en casa no se lo he visto hacer jamás pero jamaaaas. Por qué? Porque no le da la real gana. En mi caso es porque la fruta no es Santo de su devoción. En el vuestro, seguramente por simple comodidad. Es mucho más fácil comer la papilla que masticar cada trocito. Habrá quienes os digan que no cedáis y que si come menos o no quiere comer, pues que ya se acostumbrará. Yo desde luego no sería nada radical, iría probando chafando primero o mezclando algo que le guste mucho con el trocito, por ejemplo una patata frita. Pero como tú dices, todo llegará, de eso no tengas ninguna duda! Lo que hay que evitar es que la hora de la comida sea una tortura para él, tiene que disfrutar comiendo.

    En cuanto al pete, ya lleva una semana durmiendo sin él pero es durillo porque cuando se desvela nos puede tener en pie una hora de reloj! Por lo menos no lo ha vuelto a pedir ;-)

    Un abrazo fuerte y ya nos irás contando los progresos!!

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